"ANATOMÍA LÍRICA"

DILSA RIVERA
presenta
ANATOMÍA LÍRICA
Galería
POR AMOR AL ARTE
El Carmen, Ave. Ramón Arias
Edificio Don Ruben, Clínica Plaza
Durante el mes de diciembre, la artista nacional Dilsa Rivera, presentó sus últimas creaciones al óleo, obteniendo las mejores críticas en cuanto a sus avances dentro de la plástica nacional, ya que Rivera es una artista que continuamente se encuentra exhibiendo tanto en Panamá como en el extranjero.
www.dilsarivera.blogspot.com

AUTORES de HERENCIA VISUAL

Carlos Rivera, Reineria Morales y Noel Rosas,
Autores de HERENCIA VISUAL
próxima publicación de obra literaria que reune la biografía y obra de más de noventa artistas de la pintura y la escultura de Panamá, que dieron forma a nuestro patrimonio artístico.

CENTENARIO DE HUMBERTO IVALDI

HUMBERTO IVALDI
Óleo-Circa 1930
Colección Luis 'Toti' Suárez


JAIME HUMBERTO IVALDI BRISTAN
1909 – 1947


“Que en la pintura no existen los niños prodigios, que el verdadero artista de la plástica, tiene que formarse tras un lento adiestramiento, trabajar intensamente. Es una labor de toda una vida” Ivaldi

Autor: Carlos Rivera
herenciavisual@hotmail.com

El pasado 24 de diciembre celebramos el Centenario del nacimiento de este notable maestro que dio una nueva dirección a la pintura en Panamá.
Nació el 24 de diciembre 1909. Su infancia la vivió en la población de Chame y al cumplir 12 años sus padres se radicaron en la ciudad de Panamá. (1)
Inició estudios secundarios en el Instituto Nacional de Panamá, y se inscribió en el año de 1924 en la Escuela Nacional de Pintura bajo la orientación del maestro Roberto Lewis. Ya de1926 a 1930 era profesor asistente de su maestro, en esta escuela de arte. Conoció en aquel tiempo al maestro Manuel Encarnación Amador (1869-1952), quien tenía un profundo conocimiento del arte moderno y además poseía una amplia biblioteca de los grandes maestros del Renacimiento y España, lo cual llamó el interés del joven artista.
Manuel E. Amador desde sus inicios se inclinó por el arte moderno, ya que su estadía en Hamburgo y Nueva York lo nutrieron de las últimas tendencias de la pintura de vanguardia.

Ivaldi en 1929 ganó Ivaldi una beca en concurso con el pintor Juan Manuel Cedeño para continuar estudios de pintura en España y al año siguiente inicia en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, teniendo como profesores entre 1930 y 1935 a los alumnos de Joaquín Sorolla: Manuel Benedito Vives (
1875-1963) y a Eduardo Chicharro y Agüera (1873-1949).
Durante su formación en España, se destaca de inmediato su arte alcanzando a ganar un Premio Nacional de Pintura en el Concurso Anual de la Academia de San Fernando.

Al regresar a Panamá, sus ideas de cambio lo persiguen constantemente y continua laborando en la Escuela Nacional de Pintura comenzando a transmitir sus inquietudes a sus alumnos.
En 1939 tras la jubilación del maestro Lewis, fue nombrado Director del la escuela de pintura hasta el año de su fallecimiento (1947). Este importante centro de arte estaba ubicado en la que fuera casa de Nicanor A. de Obarrio, en calle 3ª y Avenida A, frente a las Ruinas del Arco Chato y La Iglesia de Santo Domingo, este histórico lugar fue maestro de: José Guillermo Mora Noli, Juan Manuel Cedeño, Eudoro Silvera, Ricardo Conte-Porras, Isaac Benítez, José Manuel Zabala, Ciro Oduber, Eduardo Mata de Alba, Juan B. Jeanine y Alfredo Sinclair. (3)
Su disciplina fue estricta en el dibujo, obteniendo por resultado un grupo de noveles artistas preparados para tomar distintos rumbos en el arte de la pintura. Motivó a sus alumnos a reunir elementos modernos en cuanto al uso de la composición y el color.

Sorprende en Ivaldi la variedad de retratos, paisajes y bodegones en los cuales logró innovar contenidos audaces que fueron siempre admirados durante su desempeño como maestro y artista célebre. Sin embargo, siempre estuvo inconforme y rebelde, muchos cuadros suyos quedaron sin terminar, telas abocetadas, aunque de un colorido excepcional por su brillante luminosidad. El artista destruyó parte de su obra desarrollando nuevos temas sobre pinturas anteriores. (4)
Diógenes de la Rosa declaró: “a pesar de su rebeldía, Ivaldi era un agradable conversador, un hombre culto, siempre informado sobre los movimientos de la Plástica Española y de América. Sentía una especial admiración por la obra de Goya al igual estaba impresionado por la pintura de suramericana del Período Colonial”.

El destacado escritor Rodrigo Miró, sirvió de apoyo a Ivaldi para la creación del mural Las Ninfas y los Faunos de 4.40 x 1.52 metros, sobre tela, que evoca una leyenda de la mitología griega, pero la obra por la cual Ivaldi sentía mas orgullo era El Nacimiento de la República, que se encuentra hoy día en el vestíbulo del Palacio Municipal. El artista llevaba a sus alumnos a estudiar esta magnífica obra. La calidad pictórica de este mural es impresionante en cuanto al tratamiento de las pinceladas y los colores sueltos, y más aun libres que dan forma a los personajes mitológicos que acompañan esta deslumbrante alegoría de la República (5)

En el conocido Bautismo de la Bandera, Ivaldi representa el bautizo del emblema patrio. Bautizada solemnemente y jurada por los cuerpos militares de la República como por autoridades civiles el 20 de diciembre de 1903, en la Plaza Chiriquí hoy día la Plaza de Francia, por el Reverendo Padre Fray Bernardino de la Concepción García. Este cuadro fue elaborado en óleo en 1944, quien mereció el Primer Premio, Medalla de Oro en el Concurso al Efecto. Hoy reposa igualmente en el Palacio Municipal. (6)

Dibujante de destreza singular, Ivaldi pintaba con esmero, revelando en su técnica la preocupación por el volumen y la atmósfera dentro de su obra, logrando muchas veces cuadros de valor excepcional por su fuerza y originalidad. (4)En sus paisajes notamos la capacidad del tratamiento del color en la representación de ambientes naturales marcados con gruesas capas de pintura pero con adecuada aplicación propia de los impresionistas.

En 1945 crea una magistral obra titulada: Viento en la Loma, de 0.75 x 0.92 metros, donde es evidente su dominio de la ya mencionada pintura impresionista, en especial su gusto por *Monet. Esta obra fue presentada en la exposición de La Universidad Interamericana, ganando La Medalla de Oro.
También es conocida su obra de gran tamaño: Cabeza del Vasco, de 1.74 x 2.04 metros, realizada el mismo año. (3)

Ivaldi junto al maestro Roberto Lewis participó en la exposición colectiva del Hotel Washington, Colón, en 1945. En esta ciudad se reúnen con la destacada figura del maestro Carlos Villalaz, forjador de la cultura plástica en el sector atlántico.
Para esta época Ivaldi comienza a ser afectado por la tuberculosis, alejándose por ciertos periodos de sus alumnos, pero sin perder el contacto con el medio artístico de la época, ya que se había convertido en una figura líder de noveles artistas que habían desarrollado sus enseñanzas y estaban dando inicio a un nuevo periodo de la pintura panameña.
Al transcurrir el tiempo, Ivaldi aquejado por la tuberculosis entra en cuidados médicos con la familia Eleta, la cual lo mantuvo en San Juan Bautista de Panamá. El maestro no abandona los pinceles y decide elaborar una serie de estampas que representan la vida campesina en los alrededores del pueblo. En estas obras Ivaldi de igual forma que sus obras anteriores persigue la luz y juega con los colores de las sombras, elementos que dan frescura y espontaneidad a las escenas campestres representadas en el lienzo. (1)

Ivaldi esta en la espera de un viaje a Costa Rica, para su tratamiento, pero al recrudecer su enfermedad decide quitarse la vida, falleciendo el 10 de marzo de 1947, a los 37 años. Tras una corta carrera artística, pero productiva a la vez, sus colegas y alumnos deciden realizar La Primera Exposición Nacional de Artes Plásticas, en su honor el 10 de abril de 1948, a un año de su desaparición física. Fue inaugurada en el Instituto Nacional, por su Excelencia Don Enrique A. Jiménez. Más de quinientos cuadros se expusieron, donde pintores de las nueve provincias estuvieron presentes incluyendo a los artistas de la Zona del Canal. El premio único Humberto Ivaldi lo obtuvo el novel pintor Isaac Benítez, con solo 20 años de edad. La prensa de entonces hizo eco de esta exhibición por más de un mes en todos los medios de comunicación, bajo el titulo de: LA EXPOSICIÓN. De aquel homenaje póstumo extraemos este pensamiento de Ivaldi:

“Siempre hay que tener la actitud receptiva del alumno, estudiar, estudiar, estudiar cada día, sólo así se puede lograr alcanzar una obra que alcance la medida del éxito” Ivaldi


Bibliografía:
CORTESIA DE HERENCIA VISUAL:
CARLOS RIVERA, REINERIA MORALES Y NOEL ROSAS.


ENTREVISTAS:
Alfredo Sinclair
Eudoro Silvera
Eduardo Mata de Alba
Adriano Herrerabarria
Olga Sánchez

Manuel Chong Neto
Carlos 'Memen' López

(1) Panameños Ilustres.
Jorge Conte Porras. P.p. 271
(2) Entrevista a Eudoro Silvera.
(3) Humberto Ivaldi,
El Panamá América Dominical. 12 de marzo de 1972.
Dr. Felipe O. Pérez.
(4) Panamá, 50 años de República, 1953. p.p. 271.
Renato Ozores.
(5) panameños Ilustres, Jorge Conte-Porras. p.p. 271.
(6) Consejo Municipal de Panamá. Prensa.
Centella Harmodio German
El Modulo de la Educación Artística, tercer año
Editora Géminis.

Colaboración de GasparTotiSuarez y
Carlos Rojas

CRONOLOGIA DE ROBERTO LEWIS

Brillante Historia Cronológica del Artista Panameño
Roberto Lewis (1874 – 1949), Escrita por Juan Manuel Cedeño.


Por: Juan Manuel Cedeño, septiembre de 1991.

Le tocó a Don Roberto Lewis vivir en París, el París de esos años precedentes a la Primera Guerra Mundial y en pleno apogeo de la Revolución Industrial Europea, más el rebosamiento de sensacionales acontecimientos artísticos y fulgurante vida intelectual parisién. Vivió el joven artista panameño la Bella Epoque, entre dos guerras 1886 – 1914.
De 1905 a 1908 a la edad de treinta años acepta responsabilizarse en ejecutar su primera obra pictórica de grandes dimensiones y es lo que hoy podemos contemplar en el Teatro Nacional. Para tal objetivo el joven artista se trasladó a París, cargando consigo la balumba de planos, datos y apuntes del edificio en construcción; el resultado fue todo un éxito, pues contó con competentes asesores y dentro de su cerebro un cuidadoso documental como acompañante.
De 1922 a 1928 frisando los cincuenta años de edad, lo encuentra el tiempo cumpliendo otra obra de gran aliento, El Palacio Presidencial, allí pintó numerosos medallones con las efigies de los presidentes de la Época Republicana, El Salón Amarillo y El Comedor o Los Tamarindos obra que concluyó en 1936, ganando mucha fama, admiración y poco dinero.
De 1936 a 1939 el presidente electo Dr. Juan Demóstenes Arosemena le encarga la tercera obra monumental, que consistió en decorar el Aula Máxima de la Escuela Normal de Santiago de Veraguas. Logró Don Roberto, contemplar e instalar en la embocadura del escenario del Aula Máxima las telas bellamente pintadas al óleo (me cupo el honor de ser su ayudante y aprendiz) pero el destino no quiso que el padrino de la obra el Presidente Arosemena inaugurara el inicio de tan valiosa creación del gran Roberto Lewis, quien cumplía el año número 65 de su existencia fructífera.
De 1940 a 1949 a comienzos de la Segunda Guerra Mundial, el 16 de diciembre de 1939 muere el Presidente Arosemena; fueron fechas fatales para Panamá y Don Roberto no escapaba a esos contratiempos e incertidumbres, circunstancia que lo movieron a suspender temporalmente sus trabajos profesionales para terminar las decoraciones murales de la Normal de Santiago.
Los materiales para pintar encarecían y escaseaban, las partidas para sufragar gastos estatales se diluían y no había respuesta al solicitar pequeños abonos.
Lo real de todo es que el 18 de septiembre de 1949, Roberto Lewis y yo conversamos, no como colegas, era el alumno escuchando a su amigo y consejero, al gran artista nacional que a lo largo de sus 75 años vividos honrosamente supo ser un guía práctico e inflexible como director de la Academia Nacional de Pintura de Panamá.
Este relato es mi homenaje a tan alta figura de finos kilates que hoy está en lo desconocido desde hace 52 años. Como gesto de respeto y cariño debo mencionar los nombres de muchos discípulos de Don Roberto como lo vienen a ser la Señorita Amelia Lyons, la Señorita Castillo (madre del pintor Eudoro Silvera), Isidro Arosemena, Señorita Hurtado, Doña Jacoba, Humberto Ivaldi, Federico Carchieri, Viterbo Ríos, Lilia Chanis, Jesús Vallarín, Leoncio Ambulo, J.M. Ulloa, Castillo Villamil; todos estos coterráneos nuestros escucharon y recibieron lecciones formales de dibujo y pintura que apegados al principio casi axiomático del Profesor de Academia que sostuvo hasta el final con celebres frases: “No se puede ser buen pintor sin antes ser un buen dibujante”, “Guiñe, guiñe los ojos y cuando no vea nada, pinte eso”, “Luces cálidas, sombras frías”. Mis recuerdos al Gran Maestro quien me inició con el blanco del papel y la sombra del carbón… ¡Gracias Don Roberto!